domingo, 11 de septiembre de 2011

-¿Y a ti no te da miedo?
-¿Qué cosa? 
-Cuando te das cuenta de que ya no eres capaz de inventar historias, sólo recordarlas. Tienes en la pantalla las trescientas cuartillas de una novela que se alimenta de las memorias de un amor tormentoso, no has llenado más de tres. Pero el espacio en blanco para inventarte una historia nueva, sabes que va a permanecer vacío. Tal vez para siempre. 
-¿Qué? ¿Te duele? 
-Sí. Pero hay otras cosas que me dan más miedo. Me da miedo hablar a un celular y que me desvien la llamada. Me da miedo que me digan te quiero entre dientes. 
-Está sonando el teléfono. 

-Bueno. Ahorita te la paso. 
-Me resulta... inesperado. 
-Bueno, qué rápido te cambia el humor. Me dan ganas de llevarte al psiquiatra. 
-Calla y dame el teléfono. Dejame sonreir tranquila y mientras dure, aprovecha. 

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