Harta de despertar sola todas las mañanas, la amante decidió ofrecer su mano en matrimonio.
Poco después ya estaba prometida a un inmejorable partido. La boda fue un tremendo espectáculo.
Pronto la amante se encontró a sí misma abandonando miserables al frío penetrante de la madrugada.
Poco después ya estaba prometida a un inmejorable partido. La boda fue un tremendo espectáculo.
Pronto la amante se encontró a sí misma abandonando miserables al frío penetrante de la madrugada.
Quizás lo único que le falta a la amante es aprender a amar.
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