(Quién soy yo para decir que este es un final prematuro, o uno tardío. Quién eres tú para contradecirme).
El auto está en movimiento. Los ojos de la chica reflejan la luz del sol, no hay lágrimas y su expresión es completamente neutra. Pasan por delante de una escuela, ella la observa reconociendo un lugar que le trae una memoria que no es necesariamente suya, pero quisiera poder adueñarse de ella y disolverla en la nada. La chica está callada. Sabe que el auto en movimiento no la va a sacar de sí misma, no importa qué tan lejos, qué tan rápido. Se mira en el retrovisor y no le gusta lo que ve. Es el final. Eso está bien. Todo se acaba.
no soy un artista de alto impacto.
soy introvertida.
estoy perdiendo (me).
Quizás la chica no sabe aún que cuando todo se acaba, se abre el espacio para que todo comience. Algún día el retrovisor se reconciliará con ella. De su silencio surgirán versos y los recuerdos, propios y ajenos, encontrarán su acomodo.
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